Gestión Cultural. Que puede y que no la Inteligencia Artificial.

 


Memorias de los transeúntes I, de Mario Klingemann.
Este dispositivo está formado por un mueble de madera que contiene una computadora dotada con inteligencia artificial y dos monitores que hacen los retratos y rostros creados en tiempo real

 Por Rebeca Trafipán. Rocío Colihueque. Jazmín Barrera. Evelin Pino

    El avance de la tecnología a través de la historia ha cobrado gran relevancia en la era de las comunicaciones. Se ha pensado este avance como un bien para la humanidad, aunque no se ha tenido en cuenta las realidades del mundo. Los contextos sociopolíticos, económicos y culturales.


Este desarrollo a gran escala según Baricco, sostiene y establece nuevas relaciones de poder dentro de la era de innovación tecnológica. Como también puede romper con los privilegios de un sector y abre la posibilidad a una “población nueva”,es decir, desequilibra las relaciones de poder anteriores para establecer nuevas relaciones; siempre entendiendo que las tecnologías surgen en un contexto y porque se dan las condiciones institucionales, políticas y sociales (además de técnicas) para que esto ocurra.

Ahora bien, por otro lado muchos expertos aseguran que las nuevas innovaciones tecnológicas y contemporáneas se están volviendo competitivos para los humanos en tareas generales.


Estos nuevos sistemas e innovaciones, como el GPT-4 ha causado gran discordia en la sociedad. Según expertos, si bien es una gran herramienta de comunicación y acceso al conocimiento, puede presentar sus riesgos. Algunos de ellos afirman que esta inteligencia artificial, pueden competir con los humanos en una gama cada vez mayor de tareas y podrían usarse para automatizar puestos de trabajo, para difundir propaganda y falsedades. 

Pero veamos a qué nos referimos cuando hablamos de inteligencia artificial (IA) más conocida en la actualidad como GPT. 


Memorias de los transeúntes I, de Mario Klingemann.
Este dispositivo está formado por un mueble de madera que contiene una computadora dotada con inteligencia artificial y dos monitores que hacen los retratos y rostros creados en tiempo real.



Este nuevo sistema es el acrónimo de Generative Pre-trained Transformer. “Transformer” es el tipo de algoritmo que actúa como base en el sistema; es decir, se trata de una red neuronal que aprende contexto —y por ende, significado— siguiendo relaciones en datos secuenciales, como las palabras de esta oración.

Este aprendizaje o sistema de “pre-entrenado” comprende que el algoritmo es entrenado con un corpus masivo de textos, donde se le muestran patrones y relaciones subyacentes en el lenguaje. Por el otro, que sea “generativo” quiere decir que el “bicho” puede crear nuevos contenidos (nuevas relaciones, para las que no fue deliberadamente entrenado) a partir de esta base de conocimiento.


Como se mencionó anteriormente, este avance ha causado gran discordia y ha suscitado grandes temores a nivel cibernético. Se comienza a pensar en los riesgos que podría generar a futuro. Muchos expertos – que ven a la IA como un peligro inminente- salieron a expresar sus diversas opiniones con relación a este avance, y sugieren una pausa. Uno de los temores tiene relación con “que estos modelos puedan usarse para la desinformación a gran escala”, ya que ahora que estos sistemas “están mejorando en la escritura de código de computadora, podrían usarse para ataques cibernéticos ofensivos”.


Y también preguntarnos, ¿podemos pensar a esta tecnología como una herramienta de poder y dominio impulsado por las grandes potencias mundiales? ¿De allí también el temor de los especialistas? ¿O se trata más bien de una herramienta que genera infinitas posibilidades de avance del conocimiento de allí también el temor? La cuestión es, ¿Cuál es el uso que le pueden dar los sectores más influyentes a nivel económico y político, a una inteligencia de avanzada?. Entonces cabe también preguntarnos, ¿se puede afirmar que las peores cosas creadas fueron hechas con las mejores intenciones para la humanidad? 


Por otro lado, la existencia de una carta abierta en estos últimos meses-a partir del desarrollo de la IA y sus diversas funciones- ha sugerido tomar ciertas medidas de control en su utilización. Sin embargo, la IA sigue su curso. Cabe preguntarnos nuevamente ¿Quiénes y cómo se controla un sistema de avanzada? ¿De qué manera los países y las sociedades frenan un avance virtual? Una de las medidas que propone la carta abierta es pausar la utilización y desarrollo de la IA hasta conocer en profundidad los altos riesgos a los cuales se puede estar expuesto. Y uno de los mayores temores de los especialistas ante este avance tecnológico son las que la sitúan como una amenaza para la humanidad, evidenciando una mirada negativa, tecnofóbica, que provocaría una deshumanización y que llevaría a la pérdida de la racionalidad.   


Ahora bien, es innegable que la IA está revolucionando el mundo de la tecnología, y es imposible que no genere miradas dicotómicas. Aquellas que, por un lado generan grandes temores en la sociedad al entender los altos riesgos de estos avances (y otras cuestiones que como ciudadanos comunes no dimensionamos)  y aquellas miradas “futuristas” que imaginan un mundo mejor, más “democrático e igualitario”.


Feenberg afirmaba, “la tecnología no es un destino, sino es un escenario de lucha. Es un campo de batalla social en el cuál las alternativas civilizacionales son debatidas y decididas”.

La realidad es que la sociedad tecnológica e informática avanza a pasos inimaginados, y que somos sociedades de consumo que no podemos desligarnos de una u otra cosa. Somos una sociedad que se retroalimenta; que se modifica constantemente a causa de los avances tecnológicos (y otros factores) y que no se está exento de ello. Por otro lado, es la sociedad también quien termina modificando a la tecnología y su utilización. 


“la tecnología no es un destino, sino es un escenario de lucha. Es un campo de batalla social en el cuál las alternativas civilizacionales son debatidas y decididas”.

 

Ahora bien, desde nuestra postura el chat GPT 5 dentro del área cultural y su gestión se puede aprovechar como una herramienta de creación e investigación a grandes rasgos; en la realización y producción de proyectos culturales que resulten enriquecedores a nivel sociocultural. Resulta una alternativa a explorar, la cual nos puede permitir un alcance de información que en otro momento era limitada y/ o que otras aplicaciones para tal fin no están tan desarrolladas y/o completas. En este sentido, el Chat GPT puede facilitarnos la búsqueda de ideas y alternativas para  democratizar una política cultural; ideas sobre cómo montar un proyecto; estrategias de marketing para llegar a un público determinado; como así también lo relacionado a la producción de contenido para la difusión cultural, generando imágenes, texto, videos que sean acordes a nuestros objetivos.


Pero por otro lado, la IA se encuentra alejada de la experiencia práctica en cuanto la producción de un juicio o análisis en relación a la actividad cultural. Dicha mirada requiere de una complejidad difícil de reemplazar al momento de realizar una evaluación de un proyecto puesto en práctica en territorio. Ello requiere indispensablemente del criterio, la experiencia y práctica humana; de los actores intervinientes, es decir, requiere introducir el cuerpo en la acción. Es importante tener en cuenta que las inteligencias artificiales no reemplazan la capacidad humana, sino que deben verse más bien como un complemento o herramienta facilitadora que puede orientar y nutrir el trabajo de la gestión cultural, fomentando la creatividad en la exploración de las múltiples posibilidades



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